
Esa noche no pude dormir. Imaginaba a Lidia Meléndez, traumada, acojudada, transtornada, diciéndole a mis papás lo que había visto. "Encontré a Juandi y Sandrito desnudos dándose de besos" y se echaría a llorar inconsolable, loca, más traumada, acojudada y transtornada que antes de decirlo.
La luz de la noche se filtraba azulada a través...
