Del amor al odio...

Este es mi último post... Charly leyó mi blog, vio lo que puse de él y reaccionó de extraña manera...

¡Regresé!!

Volví a postear después de un año... Comparto con ustedes EL PRINCIPE LLEGÓ...

Fumando espero...

En días simples llego a fumar una docena de cigarros. En días medianamente complejos puedo fumar hasta quince. En días terribles, en esos momentos en que la tensión me devora y ...

28 abril, 2008

CUMBIA PARA SOÑAR...

Publicadas por Juan Diego 518 comentarios

Esta última semana sí que ha sido intensa. Entre el trabajo agotador, los estudios cada vez más complicados y el dilema de sentirme tío a los veintiocho años, el tiempo se hizo agua entre mis manos.

Ya me repuse de la penita que dejó Álvaro, demonio con pinta de arcángel, y ni me acuerdo que alguna vez sus labios besaron los míos, que hicimos el amor riquísimo y que su espalda es cien veces mas rica que la foto que acompaña el post anterior.

Entre tanta actividad física y mental, me alejé un poco de mis amigos-hermanos del alma. No tuve tiempo ni para hablar por teléfono. Entre las filmaciones, sesiones fotográficas, reuniones, planificaciones y estudios de maestría que exprimen hasta mi última neurona, dejé de ver a mis patazas. Mi madre y mi hermana me han dado más comida para no debilitarme por tanto esfuerzo corporal y mi padre me exige tomar maca, maca pura para tener harta resistencia...

Visitar el depa de Fabián me puso al tanto de los últimos acontecimientos suscitados entre mis amigos. Algo sabía acerca de lo que pasaba, pero estar ahí, en el centro mismo de la noticia, junto a Fabián, versión gay del diario Correo, me brindó la información precisa y calentita que necesitaba para actualizarme.

Fabiancito sirvió café. Aunque no venga al caso, debo contar que, gracias a una vieja receta familiar, él prepara el café express más rico de Lima, el acompañamiento perfecto para disfrutar los chismes del momento. Fabián posa sus cuidadas nalgas sobre el sofá y empieza con el recuento de los hechos.

Se sorprenderán tanto como yo con lo que me cuenta Fabián. Resulta que Omar, el sufrido Omar, parece, por fin, haber encontrado el amor. Si, tal cual lo leen. Mi amigo sufrido y el chico de las nalgas technocumbieras mas proporcionadas de Lima (y más ricas, dicen) son pareja.

Mi amigo, uno de los gays que más ha sufrido por amor y desamor en este mundo jodido, ha encontrado en Gary (asi se llama el culón), su primera pareja formal. No me asombra la rapidez del compromiso conociendo a Omar. Pero debo preguntar si ese muchachito proveniente de la selva peruana es conveniente para él. Considerando su facilidad para deprimirse y sufrir en exceso, quizá se topó con un mocoso aprovechador. No obstante, Fabián, pregona que Gary es un buen chico. Asevera que durante estas dos semanas solo ha demostrado amor desinteresado por Omarcito. Dice que mi amigo luce radiante, feliz, dichoso. De verdad eso me alegra. Nadie se merece ser feliz tanto como él.

Me cuenta, también, que Guillermo sale oficialmente con Armando, el que lo plantó dos veces en la disco. El chato, algo me había dicho por teléfono, pero como sabe que suelo ser muy incisivo con esas cosas, de hecho prefiere decírmelo personalmente. Fabián asegura que Armando es guapo, tiene como treinta y cinco años, es alto, interesante, se ríe como chiquillo travieso y bla, bla, bla... Armando es profesor universitario, militó antes en grupos católicos lo que le da cierto aire ecunémico, una postura de hombre bonachón que busca hacer lo correcto y que lo apega, además, y en gran medida, a la religión. Guillermo lo ha acompañado a misa dos veces esta última semana y me cuenta con discreción Fabiancito que el chatito amigo nuestro habla hasta más pausado, “parece un monaguillo” murmura, como si serlo fuera un crimen. Tendré que conocer al susodicho para opinar. Tengo buen ojo para deducir rápidamente si alguien es conveniente o no para un amigo. Lástima que ese nivel de intuición no funciona para ver quien realmente le conviene a mi vida. Bueno...

Y, Leonel, sigue empecinado en convertir a Paul, el hétero, en el amor de su vida. Cuando todo parece estar súper bien entre ambos, Paulcito sale con alguna nueva pachotada y trastorna el sensitivo espíritu de Leonelcito. Mi amigo que no es discípulo de Martha Hildebrant y usa lo peor del diccionario cuando se molesta, le recuerda a su madre, abuela, bisabuela. Paul se pone rojo como la kola inglesa y lo deja hablando como loco. Leonel va tras de él y le exige devolver el dinero que le dio para comprar medicinas para el hijito que tiene con su ¿novia? y Paul llora, de rabia, dice, porque mi amigo lo hace sentir un sinvergüenza mantenido. Leonel, se siente, de pronto, dominado por el espíritu vivo del buen uso del idioma y dejándose adormecer por la jugosas lagrimitas de Paul, le pide perdón por usar, a veces, el idioma de tan mala forma y en contra suya. Paul se rasca los testículos para parecer bien macho y sonríe con esa expresión de pendejo que solo él tiene para encandilar a los gays. Leonel, se siente Verónica Castro en Los ricos también lloran y siente que a veces es necesario sufrir para ser feliz. Al minuto, la ¿mujer? ¿novia? de Paul lo llama al celular (comprado por Leonel, claro) y le exige verlo automáticamente. Paul se hace él que no sabe qué hacer. Obviamente deberá irse. “Me quito un rato“, asegura, para “arreglar” las cosas con su ¿esposa? ¿concubina? y Leonelcito, loquito como es, vuelve a olvidar a Martha Hildebrant y el buen uso del idioma y lanza el manifiesto abierto de la grosería. En ese listado de palabras sucias entran maldiciones, también, contra la ¿mujer? ¿esposa? ¿novia? de Paulcito. Leonel busca alguna piedra o elemento contundente para lanzárselo a Paul. El chiquillo hétero corre como loco moviendo el potito de futbolista. Leonel corre tras él y recuerda ahora a la señora madre del muchacho, al padre, a los tíos... Paul, aterrado, se sube al primer ómnibus que pasa cerca a la avenida. Leonel sigue gritando, chillando, maldiciendo. Luego va a casa de Fabián y llora. Luego de dos cafecitos, se calma un poco.

Nadiana, está más regia que nunca. Ha entrado al gimnasio, y atrevida como es, osa ir en minúsculos pantaloncillos de lycra. Por supuesto, escondiendo como se debe, ese pedazo de carne extra que aunque no quisiera está ahí, sudando, latiendo. Mi amigo-amiga ha exigido al instructor una rutina que le permita afirmar sus nalgas hasta convertirlas en dos deliciosas columnas romanas, firmes y torneadas. El instructor, que es gay y baila como Gloria Trevi en medio de la pista cada vez que toma un poco de licor, la entiende mejor que nadie y la engríe. La china es la reina en las masivas clases de Tae Bo, pero de eso y sus experiencias gold, hablaré en otra entrega.

Me quedo en el depa. Los amigos vendrán emparejados, y Fabiancito, Nadiana y yo, los solteros eternos del grupo, nos dedicaremos a contemplar las escenas románticas que seguramente van a darse en medio de la sala. Solo rezamos para que Leonel no venga. Bueno, que no venga acompañado de Paul. Solo será siempre bienvenido, pero con su hétero lo preferimos lejos. No queremos ver los adornos de Fabián (algunos del siglo XIX) volando de un lugar a otro.

La primera pareja en llegar a esta suerte de club del amor homosexual es la conformada por Guillermo y Armando. El gordito (está bastante subido de peso) es alto, colorado, de cabello castaños y cejas pobladas. Luce bonachón, aunque me mira de pies a cabeza cada vez que no le doy cara (lo vi por el espejo). Bueno, soy el ex del chico con el que ahora quiere formar ¿familia? No siento celos, aunque muchos puedan pensar eso. He conocido tantos ¿amigos? de Guillermo que tendría que estar demente para sentir ardores en situaciones como ésta. Pero, la verdad, siento que detrás de la amplísima sonrisa de Armando, se esconde un marcado fastidio hacia mí. Insisto, carajo, no son celos, es mi sexto sentido diciéndome a gritos que ese hombre no me quiere para nada y para nada me quiere cerca de su Guillermín. Mi enano amigo me mira con carita de quien tiene al lado a San Francisco de Asís y ríe nervioso. Armando levanta una ceja y analiza cada mirada o gesto que Guillermo y yo nos damos.

Fabián trae su delicioso café como para calmar los ánimos y Cher salta como loca cerca de la puerta. El tío Omar llega acompañado de su charapa cumbiambero y la perrita peluda se deshace en mimos para quien la peina y mima todos los sábados. Omarcito trae la cara más feliz que alguna vez le he visto. Hace su ingreso tras de él su recién estrenada parejita, Gary. El charapita es un trigueñito guapetón, delgado, formado, de ojos caramelo, perfil de pekines y blanquísima sonrisa. Me saluda como si conociera de toda una vida. Me da un fuertísimo abrazo y expresa su gusto por conocerme. Se declara visitante de mi blog y me llena de halagos. Me conmueve tanto cariño y cuando uno está semi-depre viene bien recibir un poco de floro que nos avive el ego alicaído.

Armando, dice, que no conoce mi blog y aunque Guillermo algo le contó, su recargada agenda no le permite dedicarle tiempo a actividades extracurriculares. Así lo dijo. Sin embargo, el nuevo embajador del talento de Juan Diego, Garicito lindo y precioso, se encarga de decirle que mi blog es la sucursal del cielo. Ciertamente exagera, pero dejo, riendo hipocritísima, que mi edecán lance todas las marrullerías posibles. Cada halago dirigido a Juan Diego, elimina un puñado de pelos de la pomposa barba de Armando. Fabián nos sirve más café y sonríe cual anfitrión soñado. Cher, que entiende mis sentimientos, olfatea las canillas de Armando y ruge de pronto. Un grito de Fabián basta para que la perra se haga la tonta y moviendo la cola con sorna, le de la espalda al barbón. Gary llama a la perrita y la enana peluda enloquece en mimos con la parejita de Omar. “Este muchacho tiene buena vibra”, digo en voz alta. Armando ya ha perdido media barba.

Pero lo que nadie quería que pasara, pasó. Llegaron Leonel y Paul. Fabián, manteniendo las formas del perfecto anfitrión, sonríe como toda una nona y recibe al guapo, guapísimo, churrísimo, riquísimo Paul. Al conocer por fin al famoso hétero, entiendo porqué Leonel muere tanto por él. Bueno, nada justifica la estupidez, pero Paul, Paulcito es muy,muy,muy,muy guapo, un cuerazo. Medianamente alto, complexión media, cabello negro, piel blanca, ojos verdes, expresión de ángel, nariz de ángel, dientecitos de ángel, cuerpo de ángel, piernas de ángel, culo de arcángel. Paul, el hétero es un bombón. Para terminar de deslumbrarnos, Paul es un caballerito. Educado, de melodiosa voz, machito rico que se sienta con la piernas abiertas sobre el sofá principal y nos tiene a todos viéndolo con ¿sorpresa? ¿deseo? Trae la camisa desabotonada dejando parte de su pecho lampiño al descubierto, el jean desgastado se pega a sus piernas de roble, trae lindas zapatillas y huele riquísimo. Lo admiramos con tanto interés que nadie se percata en que Paul, Paulcito bello, vino acompañado de nuestro amigo.

Leonel que nos conoce bien y sabe por donde van nuestros homosexualísimos gustos, se sienta junto a su amado y lo toma firmemente su mano. Me pongo a repasar lo problemático que debe ser comprometerse con Paul para evitar sentir envidia de mi amigo.

Risas van, risas vienen, y hace su ingreso la versión gay de la mujer biónica, Nadiana. Luce divina, parece modelo de comercial de cerveza y luce sus formas con coquetería.¿Vino solita? Nooooo. Nadiana entra del brazo de Jorge Arturo. ¿Quién es ése? Me entero allí mismo que es un ingeniero de sistemas español con el que mi amiga-amigo está saliendo desde hace una semana. Es decir, todos están acompañados, menos Fabián y yo.

Le digo a Fabián que no queda de otra, que debemos resignarnos, que ya nos tocará salir con alguien. Fabiancito me mira con cierta vergüenza. Cher ladra como loca otra vez. ¿Esperamos a alguien más? logro preguntar. En eso ingresa Raúl, un tipo cuarentón y muy bien plantado que desde hace cinco días sale con Fabián. ¿Whattt???

O sea, ¿Juandieguín será el violinista de la reunión? ¿el que verá la felicidad ajena y se resignará a acariciar a la perra?

De pronto, mis cinco amigos-hermanos del alma se besan y acarician con sus acompañantes y me da alegría que eso pase, ellos se merecen lo mejor del mundo, pero... se siente feíto ser el violinista. Todos centran su atención en mí, se dedican a halagarme, hablan de mi blog, mi vida laboral, de lo bien que está mi cuerpo. Siento que todos quieren que me sienta menos mal. Pero no estoy mal, ¿o sí?

Mal no estoy, solamente estoy solo, y la verdad, descubrí que es mejor estar solo que mal acompañado. En ocasiones para no estar solo podemos ser capaces de lanzarnos a los brazos de cualquiera, yo no quiero eso. Pucha, tengo tanto trabajo, me absorbe tanto el estudio y tengo tantos proyectos por hacer que no me entristece tanto estar un tantito solo. ¿O si?

No sé. Me da alegría que Omar coja fuerte de la mano a Gary y que el chiquito lo mire con unos ojitos de profundo amor. Veo a Fabián sirviendo café con tremenda ilusión, con los ojos chispeantes. Raúl lo ve risueño y le roba un piquito. Fabián luce feliz. Leonel y su hétero guapísimo se divierten hablando de fútbol y se toman un trago del mismo vaso. Guillermo se deja abrazar por el chinchoso de Armando. El gordo le besa la frente y le dice que debe tomar algo para la garganta. Me gusta que se preocupe por él. Y, Nadiana, se siente hembra, mujer, ríe feliz junto a su español que le da unos besos ruidosos con seseo incluido. Estoy feliz por ellos. Si ellos están bien, yo estoy bien y eso es suficiente.

Bueno, hoy soy violinista, tal vez mañana no. La vida es así.

Gary pone un CD. Es cumbia, la música de moda. No me gustan mucho esos ritmos pero la noche amerita celebración. Además hay un violinista experto en medio de la sala.

Uno de estos grupos cumbiamberos de nombre que lleva letra y número se deja sentir con una cancioncita melosa que dice algo así como “yo sin tu amor me volvería loco, yo sin tu amor...” “ porque tu eres para mí las ganas de enfrentarme a la vida...” “ no podría vivir sin tu amor” Las parejas se ponen más románticas, Cher me ladra y baila. Me voy un ratito al baño, me miro en el espejo y pienso que sería rico que alguien me cante esa canción, aunque sea cumbia. De hecho alguna vez pasará, esta noche no...

Gracias por leerme

Juan Diego
27-04-2008

22 abril, 2008

Quiero que tus dedos sean...

Publicadas por Juan Diego 88 comentarios

Hola amigos:

Una imagen tan humana como aquello que nos produce verla. Una imagen que reta la imaginación y la calma. La imagen perfecta para calentar este abril que empieza a ponerse frío. Acompaño la imagen con un fragmento del bello poema enviado por Jorge de Sevilla, España.

Quiero que tus dedos sean sobre mi piel como la lluvia
Y que la humedad que recorra mi cuerpo sea como la de un océano nacido de tu lengua
Quiero morir en el mar de los labios y deshacerme en los rincones de tus esquinas donde el viento sopla atrevido las silabas que esconden tu sexo.

Quiero bañarme en el vapor que inhuma tu cuerpo cuando me devoras con tus muerdos
Y quiero de tus entrañas la pasión que condensa las gotas de sudor que recorren mi cuerpo.
Quiero resbalarme de tu cuerpo humedecido
y que me persigas con un abrazo que no me deje escapar de tu dominio,
quiero que me doblegues y me derrumbes hasta que confunda
las lagrimas con sudor, el sudor con sangre y la sangre con placer
hasta que muera en el éxtasis de sentirme un pedazo de carne corrupta
hasta que las letras que se escriben en mi conciencia comiencen a desaparecer.


Gracias por visitarme. Gracias por esperar.

Juan Diego

escribeajuandiego@hotmail.com



12 abril, 2008

ESTOY TÍO!!!

Publicadas por Juan Diego 326 comentarios
El final de mi historia con Álvaro me dejó un poco triste. Decir que no me importa lo sucedido, que no me afecta ser engañado y que por ratitos no me sentí un tonto desgraciado, sería mentir. Sin embargo, el trabajo combinado y ordenado de mi madre, hermana y amigos íntimos permitió que Juandieguín pasara de una depresión en ciernes a una sosegada alegría. Sentirse querido hace bien.

Esta última semana mi madre y mi hermana me han dado de comer tanto que tengo provisiones en el estómago para dos largos meses. Ellas repiten segurísimas “barriga llena, corazón contento“ y, aunque mi peso no tarde en sufrir los estragos de tanta comida criolla y dulces de ensueño, para ellas comer en exceso no deja paso al dolor. Nada mejor que un ají de gallina para olvidar que Álvaro me floreó de lo lindo y un arroz con pollo bien taipá para no darme cuenta que lo esperé dos años en vano. Una inmensa porción de pye de limón para olvidar sus besos suavecitos y una taza, tazón, mejor olla de mazamorra de ser posible, para saber que nunca mas le haré el amor...

Fabián me regaló el último disco de Keane. Guillermo me llevó a comer los anticuchos por los que muero y que como por decenas (¡más comida!). Nadiana me hizo una fabulosa limpieza de cutis usando cremas frutales e intento hacerme la manicure, cura la depresión, dice, pero rechacé su ofrecimiento ipso facto, la mariconada no me da para tanto. Omar me regaló un libro de autoayuda “Como superar una ruptura sentimental” y Leonel, siempre osado, me regaló un hombre. Si, suena extraño, pero me regalo una cita sexual con un chico de veinte años, futbolista y dispuesto a todo, todo, todo. “Una noche con un chico rico y calentón para que Álvaro se borre totalmente de tu memoria” aseveró risueño y orgulloso de obsequiarme una fantasía que no pedí. Guillermo y Fabián se molestaron con él. “Sexo con desconocidos, no cura ninguna pena” gruñó Fabián. Guillermo me amenazó con quitarme el habla si aceptaba el regalo carnal. Tuve que rechazarlo... (qué pena). Leonel, indignado, se fue del depa recordando parte del diccionario de la grosería peruana.

En general, todos contribuyeron a que me sienta relajado, casi feliz. Por ratitos, algunos suspiros se escapaban de mi pecho sin pedirlo, empero la depresión no ganó la partida y Álvaro, nunca arcángel, siempre demonio, se fue ocultando en el horizonte de mis ganas.

Ayer, luego del trabajo, me dirigía al depa de Fabián a continuar con la cariñosa terapia de engreimiento. Antes, decidí ir a la tienda de la esquina por cigarrillos. Frente al mostrador, esperé paciente que Don Sósino, el bodeguero, versión viva de Don Pepe, me atienda como de costumbre. Eso no ocurrió. Su adolescente vástago tuvo la responsabilidad de brindarme mis necesarios cigarrillos. El jovencito de catorce años buscó mis cigarros favoritos por los anaqueles, vitrinas, estantes y rumas de la tienda. Nunca los encontró. La desesperación por fumar me invadía. Cuando quiero algo, y ese algo se me niega por algún motivo, tiendo a entrar en desesperación, peor aún si se trata de mis cigarros, y con el niño sudoroso buscando mis puchos por doquier, la desesperación quería asomarse por mis ojos, boca, lengua...

En ese momento, mis oídos fueron expuestos a una terrible explosión.

- ¡Pucha, tío, se han acabado los cigarros! - me dijo el chiquillo.

¿Me llamó tío? me pregunté. Probablemnte me llamaba tío a la usanza de los españoles. En esos casos, el tío es equivalente a que te llamen brother...

- ¿Cómo dices? - pregunté confundido.

- Ya no hay cigarros, señor - me respondió el niño.

- ¿Cómo dices?

Del fondo de la tienda salían otros chiquillos amigos del hijito de Don Sósimo. Escuché claramente cuando el boguederito le susurraba a su tropa. “Ayúdenme a buscar cigarros para el tío de camisa azul”

Ese infernal chiflido que pasea mi cuerpo en los momentos complicados empezaba a poseerme sin control. Esos mocosos me decían viejo sin decirlo directamente.

- Maestro - me habló un enano quinceañero. Miré a todos lados para cerciorarme de que realmente el pedazo de ser humano osaba llamarme maestro y decirle maestro a un gay es ponerlo a la altura de un maestro carpintero adulto o maestro albañil adulto o maestro de secundaria adulto. Ese grado de maestría no se parece a aquella que obtendré pronto por matarme estudiando cada noche, nooooo, esa maestría es el grado que recibes de boca de estos pequeños forajidos por ser viejo.

En eso llegó Don Sósimo y fue advertido por su hijo que el “tío de camisa azul”, o sea, yo, buscaba una cajetilla de cigarros. Don Sósimo atisbó que uno de sus clientes principales esperaba presuroso y me ofreció unos cigarrillos que solo él conocía. Rechacé la oferta automáticamente, mis pulmones se merecen lo mejor. Fue, entonces, que caminando fastidiado hacia un rincón de la tienda, escuché a uno de esos adolescentes infernales decir: “Que chinchoso el tío, porque no se lleva esos cigarros, tan viejo y engreído”

Tuve locas ganas de despedazar al niño aquel, de gritarle al mocoso malcriado que acabo de cumplir veintiocho años, que no soy viejo, que voy al gym, uso cremas de cuerpo y manos, y si estoy ojeroso es porque el ritmo de trabajo y estudios no me deja descansar como merezco. Quise decirle que no tengo arrugas, que me suelen echar veinticinco años o menos, que estoy en la plenitud de la vida y que mis sobrinos estarán de aquí a un tiempo prohibidos de llamarme tío. Cómo se atrevía ese chico esmirriado a llamarme viejo.

- ¡Encontré sus cigarros! - exclamó emocionado Don Sósimo. Extendió la mano y me dio la cajetilla. Pese a todo, una deliciosa sensación de alivio cubrió mi pecho. Pero ésta se detuvo cuando una voz rasposa y metiche golpeó mi oreja. Era una venerable abuelita. “Para qué va a fumar” reclamó la señora viéndome con cierto aire maternal. Iba a explicarle que trato de dejar el vicio y que... “Usted debe cuidarse, ya no es tan joven como para maltratar su cuerpo”

¡Qué se creía esa vieja!! No tenía autoridad cronológica para referirse a mi edad cuando ella sobrepasaba los ochenta años. “Tengo veintiocho años” le aclaré esbozando una sonrisa burlona. “Por eso se lo digo, ya no es tan joven” remató su maldad la vieja bruja.

No negaré que deseé ver a esa vieja bajo tierra mientras se alejaba moviendo las sandalias de jebe. Don Sósimo me regaló una sonrisa tan enorme que pude ver hasta sus muelas cordales y sin quererlo el bodeguero tonto remató la terrible faena de compra iniciada por el desgraciado de su hijito. “Ya, señor, vaya a casa tranquilo, ahi lo esperan su esposa e hijos, no haga caso a la viejita, jejeje...”

Claro está, he prometido no volver a esa pocilga de tienda en lo que me quede de vida. Salí de ahí con urgentes ganas de verme en un espejo. Nunca me había sentido viejo o algo parecido. Sé que no soy viejo, pero supe después de estos magros acontecimientos que ya no soy el chiquillo rico que parece chiquillo rico y que aunque los treinta estén a más de setecientos días de llegar a mi vida, para el mundo ya soy un adulto oficial, lo que es igual a ser viejo o, por lo menos, a no ser el jovencito que deseo siempre ser y que ya no soy... nooooo

Álvaro no contaba para mí, esa pena se había extinguido como por arte de magia, ahora el ánimo se me había alterado gracias a esos ciudadanos de bodega capaces de hacerme envejecer en un ratito. Necesitaba un cau cau urgente o un cebiche mixto con bastante ají o un bavarois de fresa para no deprimirme...

Llegué con hambre al depa de Fabián. Le conté a mi amigo lo que me había pasado. Cometí un error. A los cuarenta años y un poquito más, Fabiancito no debía escuchar estas cosas. Qué consejo puede darme alguien que tiene un arsenal de cremas antiarrugas. Mi amigo me vio niñito de veintiocho, luego se paró frente al espejo y estalló en un interminable llanto. ¡Si tú estas viejo, yo anciano! barbotaba.

Cuando llegó Guillermo se asustó con la escena. Juan Diego, a quien quieren evitarle la tristeza, calmaba la tristeza lacrimógena de Fabián. No entendió nada el chato renegón que jamás tendrá el talento de calmar con tino alguna pena. ¡Ya cállense, carajo! requintó. Jaló a Fabián frente al espejo y le exigió que deje de verse como anciano. Me llevó hacia otro espejo y me dijo, aliviándome, que me veo más joven que él y que Leonel y que Omar y que Nadiana. “Pareces el menor de todos”. Sentí cierto alivio. Empezar a hacerme viejo pareciendo el menos viejo de mi entorno es un mérito que no busqué, pero que me hace sentir menos hambre.

De pronto sonó mi teléfono. La tía Dora, una octogenaria tía de mi padre acababa de morir. La verdad, vi a la señora una sola vez en mi vida, así que pena no llegué a sentir. Pero al colgar el teléfono reparé en que sí me hacía viejo porque la gente que era vieja vieja ya se estaba muriendo. Me dijeron cierta vez que un síntoma de vejez se halla en verificar que la gente mayor que tú empieza a morir en serie, y esta tía Dora era la séptima tía de mi padre que se moría en los últimos dos años.

¿Que raro no? Yo siento que apenas empiezo a vivir y los demás me ven como tío. ¿Cuestión de percepciones? No sé. Pero al observar a mis amigos debatiendo sobre si éramos o no viejos y ver a Fabián llorando como Magdalena porque las cremas no son lo que prometen, me sentir súper maricón. Si, me sentí más gay que nunca al percatar en que doy demasiada importancia al querer ser siempre joven, cosa típica de los gays.

No me siento viejo, ni soy viejo, ni quiero parecer viejo, es que la vejez está asociada con muerte y quiero a veces ser un gay que vive para siempre. Me llevó tantos años aceptarme completamente que siento que no llevé la infancia y adolescencia que debía, y al llegar a los veintitantos quiero vivir la adolescencia gay que no tuve. El rollo es más complicado de lo que parece. La vejez está, también, asociada con soledad, y ser gay y viejo es igual a estar solo. Será por la importancia que los gays damos a la apariencia física que todos queremos ser jovencitos para siempre, y el paso de los años es casi una condena a quedarte solo.

¿Será por eso que los gays casi nunca dicen su verdadera edad? Casi siempre se la bajan, siempre queremos parecer menores de lo que somos. Es una forma de sentirnos menos solos o de no condenarnos a estarlo.

El tiempo pasa inclemente y no lo puedes detener. Cuado menos cuenta te das, tienes las responsabilidades propias de un adulto, y eso te convierte en tío aunque no quieras. Además, y como para sentirme menos mal, debo reconocer que a los catorce o quince años todos nos parecen tíos, hasta los gays que no quisieran nunca serlo.

A veces vemos pasar la vida y seguimos solos, y sentimos que las cadenas de la soledad empiezan a oprimir, como si una pareja sentimental fuera lo único que puede hacer sentir menos solo a un gay. Pero envejecer con alguien al lado debe ser menos trágico que hacerlo en soledad.

Guillermo dice que envejecer no es un temor propio de los gays, es de todos los seres humanos. ¡Pero, carajo, aquí ninguno es viejo! aclara. Leonel dice que hay que tener sexo con la mayor cantidad posible de hombres de tal forma que cuando seamos viejos y no tiremos con nadie, recordaremos esos momentos placenteros y nos sentiremos menos infelices. Omar dice que los heterosexuales se vuelven viejitos acompañados de sus hijos, los gays, no. Nadiana no quiere tocar el tema. Travesti y vieja, debe ser una fatal combinación.

Este parece ser un mundo solo para gente joven y bonita, pero no es verdad. Es un mundo para todos. Para los jóvenes y los ya no tan jóvenes y para los que no son tan jóvenes y quieren sentirse así, y para los viejos que son viejos y quieren ser jóvenes y para los viejos que se resignaron a serlo.

Fabián cesa su llanto y dice lo que siempre repite cuando tiene su depresión asociada con la vejez: "lo importante no es la edad, sino vivir intensamente". Y tiene razón. Siempre dije que no me importaría ser viejo, que lo más importante será llegar a los cincuenta habiendo logrado aquello que me propuse. No obstante, la vejez tiene apariencia fantasmagórica y quieras o no, asusta.

Nunca me habían dicho viejo ni me había sentido cerca de serlo. A los veintiocho años sería estúpido sentir que estás en la senectud. Pero viendo a mis papás con el cabello bañado de canas, ver a mis sobrinos crecer desmesuradamente, asistir a la boda de mi hermano menor, cansarme un poquito más, aburrirme un poquito más, preocuparme por el futuro un poquito más, me hace sentir que, por más que no quiera, soy un adulto promedio.

Voy a las discos y bailo como si tuviera dieciocho. Salto, chillo y me divierto como de dieciocho. Sueño, anhelo y devaneo como a los dieciocho. Sin embargo han pasado diez años desde que recibí mi primer DNI y aunque hoy me dijeron tío, la experiencia de vida acumulada me hace mejor que a los dieciocho. Soy mejor hijo, amigo y ciudadano que a los dieciocho, mucho mejor amante que a los dieciocho... Y, sí, hay mucho de niño en mí, tan niño que me enloqueció el chiquillo que me llamó tío, pero ser niño es parte de como me siento no de lo que soy.

Mamá y mi hermana me llaman al celu. Quieren que vaya a comer esas enormes y ricas papás rellenas que preparan. Me olvido otra vez de la dieta y corro hacia ellas, corro hacia casa donde sus besos y atenciones me harán sentir niño, niñito engreído, siquiera por un ratito. Mi sobrina me ve llegar y me grita feliz ¡Tíoooo! La abrazo fuerte y nos sentamos a la mesa a ser engreídos como los niños que somos, ella de nueve y yo de veintiocho...

09 abril, 2008

EL ADIÓS...

Publicadas por Juan Diego 469 comentarios

Álvaro me esperó en Tarata con Larco el martes por la noche. Nunca llegué. Decidí no ir. Estos días me dediqué a pensar en lo que fuimos y en lo poco que somos. Cuestioné cada cosa viví a su lado. La espera de dos años aletargó mis ganas de besarlo. Cuando lo tuve frente a mí un sismo de gran magnitud remeció mi equilibrio, pero no fue suficiente.

Mi historia con Álvaro no empezó bien. Cuando empiezas con una mentira, todo lo demás está destinado al fracaso. Álvaro apareció en mi vida cuando me sentía solo y necesitado de un te quiero. Su presencia llenó mi cabeza de estrellitas de ilusión, creí en sus palabras, en sus besos, en nuestra única noche de pasión.

Dice él que yo le exigía abandonar a Claudio. No le pedí eso. Le pedí compromiso, porque si amas, luchas, si no solo son palabras que se pierden en la brisa, y sus palabras, sus tantas palabras se perdieron etéreas en algún lugar adonde no quiero ir a buscarlas...

Me pregunté mil veces si lo amé, hoy creo que no. Tal vez sea una intransigencia fruto del naufragio que significó perderlo y perderme. No obstante, Álvaro no está incluido entre los amores de mi vida.

Pero, cuando me llamó para citarme, sentí una vibración extraña que abarrotó toda mi armadura. Álvaro es Álvaro y me mueve el piso. Le dije que sí, que estaría en nuestra esquina de siempre a las ocho en punto. No fui.

Me atrevo, aunque no sé si deba, a postear algunos de los correos electrónicos que él y yo intercambiamos los últimos dos años, haciendo énfasis en los intercambiados la última semana.

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Madrid, 16 Mayo 2,006
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxx@hotmail.com
Asunto: Te amo

Dieguito de mi vida:

Perdóname no haber escrito antes, adaptarme a una nueva ciudad es muy complicado. ¿Como estás mi amorcito? ¿Me extrañas? Yo te extraño mucho y no veo las horas de volver a Lima y abrazarte. Me encontré con Miguel y Clarita, les conté de ti y mueren por conocerte.
Respóndeme pronto para quedar en encontrarnos por el msn y vernos por web cam. Extraño tu carita linda, tu boca rica, tu espalda suavecita, tu olor a tabaco y chanel.
Te amo mas que nunca.

Tu Álvaro

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Madrid, 24 Mayo 2,006
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxx@hotmail.com
Asunto: Qué fue????

Niñito resentidito con olor a tabaco y chanel:

Porqué no me ha respondido el correo??? Cundo en la desesperación. Te amo weboncito del alma y el cuerpo.
Pienso que estás resentido conmigo por no haberte escrito los últimos seis meses, pero debes entenderme, esta última etapa no ha sido fácil para mí. Me dijeron en tu casa que estabas viviendo solo, no me quisieron dar tu nuevo fono :(
Toy triste...
Respóndeme por favor...
Te ama

Tu Álvaro (Muy triste)
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Madrid, 12 Junio 2,006
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxx@hotmail.com
Asunto: No me odies...

Juandidieguitodiego del alma con olor a tabaco y chanel:

Deje ya la molestia con éste su seguro amante servidor. Me dicen sus amigos que está bien, que no le ha pasado nada malo, solamente no quiere hablar conmigo. ¿De qué me culpa? Nunca le mentí, solo omití lo de Claudio, no era justo ni para ud, ni para él, ni para mí que la situación hubiese sido compartida.
Me cuenta Fabián que te va muy bien en el trabajo, chazzzaaaaa con el Marketing de la moda que tanto te gusta... Te extraño como mierda, como si el mundo fuera solo un sitio para amarte. La distancia me ha hecho ver que te necesito más, pero necesito tiempo para calmarme.
No seas malito conmigo. Respóndeme.
Te amó y ama

Tu Álvaro :(
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Madrid, 9 Octubre 2,006
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxxx@hotmail.com
Asunto: No puedo más...

Diego:

Carajo te he escrito unos 50 correos y tu nada de responderme. Solo quiero que me digas lo que piensas, lo que sientes por mí y sobre nosotros. Después de eso no vuelvo a joderte.
Te he llamado al celu, escuché tu voz, dije aló y me cortaste... ¿Porqueeee???
Escucha nuestra song... y escríbime...

Tu Álvaro
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Madrid, 14 Noviembre 2,006
De: jxxxxxx@hotmail.com
Para: xxxxxx@hotmail.com
Asunto: Hola

Álvaro:

Te escribo por única y última vez. No vuelvas a decirme te amo, esa es una frase muy amplia para alguien que miente y que escapa. Puedes hacer con tu vida lo que quieras, yo hago con la mía lo que mejor me parece.
Yo no te amo, ni podría amarte.

JD
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Madrid, 14 Noviembre 2,006
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxx@hotmail.com
Asunto: Re: Hola

Diego, porque me hablas así????? Si me vine fue porque estaba a punto de perder la visa, te dije que me venia para trabajar por nosotros y poner un negocio en un par de años. Porque eres tan incomprensivo???? Me llegas al pincho. Eso que tu tienes es engreimiento, eres un chiquito malcriado que quiere vivir una vidita de principe o princesa... yo soy un ser humano oeeeee con defectos también, no es mi culpa si me idealizaste.

No te preocupes, no te llamare ni escribiré más.
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Madrid, 24 Diciembre 2,007
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxx@hotmail.com
Asunto: Feliz Navidad

Hola Juan Diego del alma con olor a tabaco y chanel:

Ha pasado más de un año desde nuestro último e-mail, cuanto te he extrañado. Que pena que las cosas se dieran así... tu lo quisiste así, no yo.
Pasa una linda navidad junto a tus viejitos y familia, salúdame a tu patas y diles que los quiero mucho y extraño, al chato Guillermo, al Fabiancito, al loco Leonel, al buenito del Omar y la rica y mamachita Nadiana...
Como estás?? sé que bien. Estoy al tanto de todos tus pasos y sé que en más de una ocasión me piensas, sobre todo cuando escuchas nuestra canción.
En febrero llego a Lima. Espérame por fis...

Tu Álvaro (siempre)
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Álvaro llegó en Febrero y no me buscó. Fue circunstancialmente, en Marzo, que me lo encontré en la disco. Me citó. Necesitaba hablar conmigo urgente, decirme “su verdad”. Preferí no ir. Preferí quedarme en casa a pensar en mí y en lo bueno que me merezco.


Esa misma noche me escribió un e-mail:


Lima, 25 de Marzo 2,008
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxx@hotmail.com
Asunto: Me plantaste

No sé que hice de malo para que me trates como me tratas. Ya me cansé de rogarte, de pedirte que me perdones por cosas de las que no estoy seguro que hice mal, pero como el maravilloso Juan Diego necesita que se le pida perdón casi de rodillas lo he hecho con humildad.
Me dio risa y coraje leer tu blog. Como has sido capaz de ventilar nuestra historia tan abiertamente??????????? Me gusta como me describes inicialmente y me parece terrible como me pintas después. Si me fui del país fue porque perdía la visa y porque necesitaba pensar en mí. ¿Es eso un delito?? No lo es, un delito es que me ames como me amas y me des la espalda. Pero ya decidí olvidarme que existes. No sé si te amo, tal vez es pasión lo que siento por ti, unas ganas locas de sentirte adentro mío, tal ves sea solo eso, y como ni para curar esta arrechura me sirves ahora, será mejor dejarte en paz y quedarme en paz.
Adiós Diego y gracias por hacer que cientos de desconocidos insinúen entre otras cosas que soy un vividor, sinvergüenza, tarado, imbécil, etc.

Has puesto el punto final ideal a esta estúpida historia.
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En ese mismo momento decidí responderle:


Lima, 25 de Marzo 2,008
De: jxxxxx@hotmail.com
Para: xxxxxx@hotmail.com
Asunto: Adiós

Álvaro:

Cuando llegaste a mi vida creí que eras el hombre de mis sueños. Tienes razón, fui un tonto en idealizarte. El día aquel que te vi con Claudio, besándolo, abrazándolo, supe que había sido un tonto.
No creo que me ames, creo que guardas por mí el anhelo normal de quien no puede concretar algo que había deseado siempre. ¿Crees que, eternamente, voy a estar dispuesto para ti?
Hoy termina nuestra historia. Me quedó sin ti, te quedas sin mí, es lo mejor... Sabes, no nacimos para estar juntos. No naciste para estar junto a mí, talvez, junto a nadie...
Si no te encontraba en la disco, no me habría enterado que estás en Lima. Tú no me amas, yo no te amo, somos dos loquitos que imaginaron alguna vez que eran importantes el uno para el otro, pero que no fueron capaces de demostrarlo. Tú más que yo.
Te hubiese dado mi vida en algún momento, pero te fuiste.
Al irte, renunciaste a mí. Al volver, has vuelto a renunciar y he renunciado...
Quizá soy complicado y debería hacer las cosas más fáciles. Pero, no, no soy así, soy difícil, pues, y tú más difícil, y lo que vivimos y viviríamos todavía más difícil... Pensarte me da ganas de llorar, me cubro de nostalgia y pena, porque escucho la que era nuestra canción y me sobrecojo... y puta madre!!, Álvaro de mierda, quisiera no ser tan soñador, y no haber imaginado nunca que aunque habían pasado dos años ibas a volver a mí diciéndome te amo, y que correrías del avión a mis brazos... Pero ya ves que soy soñador y complicado, pésima combinación que obstruye que pueda hacerme el loco con aquel que hizo mi vida complicada, con el que prefirió marcharse a amarme, el que escogió alejarse que quedarse a acurrucarme, el que prefirió tener una pareja española durante el tiempo que me enviaba muchos correos electrónicos (lo vi en tu hi5 alternativo) a estar compartiendo la brisa helada de la Lima de nuestros desencuentros. Si, pues, soy complicado por no saber que te irás la otra semana por otro par de años, que tu pareja ya habla de matrimonio gay (de blanco, imagino), que te fuiste el sábado de una discoteca con un chiquillo mucho menor que tú, previos besos aventureros por la pista de baile... Soy complicado y soñador, Álvaro, por que no acepto verte para irnos a la cama un rato después de enterarme por boca de Fabián que tienes un hijo de 4 años y que tu retorno fortuito es para acelerar el trámite de divorcio de la que es su madre. Ves, Álvaro, que Juan Diego te idealizó en extremo, que te creyó un arcángel (lo viste en el blog).
Adiós, Alvarito... hoy termina nuestra accidentada y estrafalaria historia. Nunca te mentí, nunca jugué contigo, nunca pretendí dañar a nadie, ni dañarte.
Perdóname por ser tan complicado y difícil, y gracias por darle un final dramático al siguiente post de mi blog...

Nunca tuyo

Juan Diego

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Lima, 25 de Marzo 2,008
De: xxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxxx@hotmail.com
Asunto: Re: Adios

Sólo espero que no vayas a contar todo esto en tu blog, porque ahora todo lo pones ahí... Las cosas no so tan sencillas como tú las pones Diego...
Perdóname si??? Pero no pongas nada de esto públicamente, hazlo por el amor que nos tenemos o tuvimos y porque tu Alvarito no se lo merece...

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Lima, 25 de Marzo 2,008
De: jxxxxx@hotmail.com
Para: jxxxxxx@hotmail.com
Asunto: Re:Re: Adios

No te preocupes... No me da para tanto.


Juan Diego

06 abril, 2008

FUEGO DE NOCHE, NIEVE DE DÍA

Publicadas por Juan Diego 123 comentarios



UNA CANCIÓN HERMOSA PARA MATIZAR MI NUEVO POST. RICKY MARTÍN LA CANTA CON INUSITADA FUERZA, TOCA EL CORAZÓN, SIN DUDA...

GRACIAS POR SUS VISITAS Y LECTURAS. GRACIAS POR COMENTAR Y PARTICIPAR ACTIVAMENTE DE ESTE PEQUEÑO BLOG.

CUANDO EMPECÉ CON ESTO DE COMPARTIR MIS VIVENCIAS EN LA BLOGÓSFERA, IMAGINÉ LLEGAR A UNAS CUANTAS PERSONAS Y AÑORABA QUE SIQUIERA MIS AMIGOS MÁS CERCANOS SE ATREVIERAN A DEJAR UN COMENTARIO.

ME SIENTO SORPRENDIDO POR TANTAS VISITAS E IGUAL NÙMERO DE COMENTARIOS. ES UNO DE LOS BLOGS MÀS COMENTADOS DEL PERÚ, Y ESO ME DICE QUE LO QUE ESCRIBO NO ES TAN MALO Y QUE, ADEMÁS, LOGRA DESPERTAR CIERTAS EMOCIONES EN LOS DEMÁS.

GRACIAS A TOMÁS FONZI, MI ADMINISTRADOR Y AMIGO. GRACIAS A TODOS USTEDES POR EL CARIÑO GRATUITO. GRACIAS, INCLUSIVE, A AQUELLOS QUE ME ENSEÑAN A MANEJARME POR EL MUNDO CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS Y CON UNA GRAN SONRISA EN LA BOCA.

EL PRÓXIMO POST NO SOLO SERÁ ESCRITO POR MÍ, TAMBIÉN POR ÁLVARO...

HASTA MAÑANA

JUAN DIEGO

 

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